Paco Bustos ha realizado un balance de la temporada que finalizó el pasado 16 de abril con el Grucal Adesal en la tercera posición de la tabla del Grupo D de la División de Honor Plata. El técnico de la primera plantilla calificó la campaña como “larga y complicada, pero también gratificante”.
Y es que para el entrenador del Campo de la Verdad “el balance ha sido positivo y sólo ha faltado hacer la épica final”. Y es que reseñaba que “empezábamos un ciclo en el club con un cuerpo técnico nuevo y el objetivo inicial era sobrevivir y tirar para adelante, algo que creo que se ha cumplido con creces lo planteado hasta el punto de que estuvimos muy cerca de dar la sorpresa”. Por todo ello, aseguraba que “es meritorio”.
Bustos lamentó que “nos faltó algo de más trabajo, como siempre digo, y suerte con las lesiones”. Asimismo, encontró dos puntos negros en el desarrollo de la temporada como fueron “los partidos puntuales que fueron Caserío y Bolaños, uno en cada vuelta”, pero “hemos demostrado que hemos sido capaces de pelear con cualquiera”.
Así recalcó que el “peor” momento fue contra Caserío, porque “sabíamos que desde entonces se nos complicaba el año”. Con todo, la balanza tiene más momentos dulces, quedándose como el mejor el stage en Canarias, porque “se hizo equipo y los otros resultados nos dieron ilusión para pensar que la fase aún era posible”.
Además, del plano competitivo, una de las grandes noticias ha sido la aparición de jugadoras de cantera como Vanessa Benítez, Raquel Guirao, Olga Solana o Miriam García. Bustos, incluso, ahondó al recordar que “fue un placer trabajar con las cadetes en el entrenamiento de la primera plantilla”, porque “nos han ayudado también”. Además, que hizo hincapié en que “sin el problema de la lesión de Miriam García, habríamos tenido un refuerzo muy importante”. En definitiva, que “esto dice mucho de la idea que tiene el club y es muy importante para el futuro”.
En su caso personal, ha apuntado que de cara a la próxima temporada “no hemos hablado con el club aún, pero si soy yo el entrenador seguro que daremos lo máximo para estar un poco más arriba”. Es decir, un horizonte en el que “mi perspectiva es trabajar sábado a sábado; ¿soñar? Sí, pero pensando en cada sábado”.